El hambre emocional es un tipo de ansiedad, que nos hace comer no porque tengamos hambre sino porque hay emociones o sentimientos que no sabemos gestionar.
Desde que nacemos el alimento se relaciona con nuestras emociones. Un bebé cuando es amamantado, recibe alimento, pero ademas se siente querido y protegido.
Inclusive para aquellos que se jactan de tener una buena relación con la comida, no pueden negar que la emociones, la mayoría de los casos, nos empujan a comer o dejar de hacerlo.
Aprender a digerir las emociones es la clave. Identificar el hambre emocional es el primer paso.
Por ejemplo:
Cuando estás sola en tu casa todo te cae mal, cocinas par vos y comes sola. Pero mágicamente eso no sucede cuando salís y comes en compañía: “sentimiento de soledad”.
Haces dieta para verte mejor y sentirte valorada por los demás y al lograr tu objetivo te das cuenta que el malestar que sentías sigue ahí: “miedo a no ser amada o aceptada”
Te ponemos restricciones exageradas, no comes lácteos, no al gluten, no carne. Y claro está, que en exceso no son buenos, pero tampoco para que se conviertan en monstruos que debemos temerles. Un día nos damos un atracón de eso prohibido y aparece: “la culpa y la vergüenza”.
Nos peleamos con alguien, sufrimos una perdida y no comemos por días o no paramos de comer: “tristeza”
Lo ideal es que el momento de comer este vinculado con emociones positivas y acá es determinante aprender a parar y tomarnos el tiempo de conocernos, preguntarnos cómo nos sentimos: ¿Porqué estamos comiendo? ¿Cómo se siente comer?
Si querés chequear si estas comiendo en una forma consciente o distraída, la forma más fácil para darte cuenta es recordar tu último alimento y preguntarte:
✔️¿ Qué aroma tenia ?
✔️¿ Qué sabor ?
✔️¿ Qué textura ?
Si no podes ni recordarlo, es por qué no estás atenta al momento...
La conducta de estar distraídos mientras comemos, esta vinculada con comer en exceso, pero también con el estrés y el aumento de la ansiedad, por que te perdés uno de los mayores beneficios de la comida que es el ¨placer¨
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El consejo número 1 que te dejo es “apagar el celular” ;)...
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Entonces ¿Cómo hacemos para identificar que tipo de hambre tenemos?
Aprendiendo a conocerte a escucharte y poner el freno..... tratando de restablecer la conexión natural con las necesidades de tu organismo.
Relentizar, relajarse, eliminar la ansiedad y atender los mensajes que te envía tu cuerpo. Entonces te vas a dar cuenta y poder diferenciar, cuando el cuerpo te pide comer porque realmente tenés hambre, de cuando estás bajo un estado de ansiedad
Cuando nos relajamos y ponemos prioridad a nuestros equilibrio emocional el hambre comienza a auto-regularse.
Para ayudarte a lograr atención mientras comes y que puedas conectarte con el placer de ingerir cada bocado, podes descargar : La Guía para ¨COMER CON MINDFULNESS¨
en los RECURSOS GRATUITOS
La atención plena o mindfulness puede ayudarte a detectar esas emociones y aprender a gestionarlas en forma consciente, para que tomes acciones estando presente y no en forma automática.
Espero que puedas aplicarlo!
Muchos Cariños
Pau
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